El 30 de Enero del 2010, dos jóvenes cristianos pagaron con sus vidas el poder predicar el evangelio en las calles. Tite Sufra (24 años) y Stephen Ocean (23 años) fueron ultimados después de predicarle a Jeriah Woody (18 años) en las calles de Dayton Beach Florida.
Los jóvenes le predicaron a Woody por espacio de 15 minutos y luego de Woody recibir una llamada los ultimó con disparos en la cabeza y la espalda. Woody los llamó mientras ellos se alejaban de él y al ellos virarse, Woody mató a uno con un disparo a la cabeza y al otro le disparó por la espalda cuando huía. Por último lo ultimó en el piso. Woody fue arrestado y acusado de asesinato en primer grado.
Esta noticia ha recibido ninguna atención de los medios. La pregunta obvia que uno se hace es si hubieran sido homosexuales o musulmanes, ¿habría sido tan ignorado? Estamos en los tiempos que avisó Pablo a Timoteo cuando escribió:
“1 También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. 2 Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, 3 sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, 4 traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios,”
2Timoteo 3:1-4
El vil asesinato de dos jóvenes fue por causa de querer llevar el evangelio a las calles. Ellos fueron mártires al perder sus vidas. La sociedad actuó como si nada hubiera pasado. Tomen notas hermanos. Estamos a solo pasos de que se piense que el matar jóvenes cristianos es un servicio al mundo. Seamos sobrios y oremos por la iglesia perseguida.
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