Recientemente en Puerto Rico se está discutiendo el establecer una lotería vídeo electrónica en toda la isla. Convirtiendo la isla en un casino gigante. Tal parece que no es suficiente pega 2, 3 y 4; la lotería ordinaria y la loto. Ahora necesitamos tener una maquina en cada negocio y cada esquina. Para asegurar que los recaudos de los impuestos sobre las ventas lleguen a las arcas del gobierno. El mismo pretende convertir a todos los ciudadanos, incluyendo a los niños, en jugadores. Teniendo los recibos de compra como una lotería.
Las Tres B
¿Por qué no mejor asaltamos a cada contribuyente y le quitemos el dinero el día de cobro? Pues eso es lo que en efecto hará este sistema a muchos ciudadanos y llevará a la familia Puertorriqueña a la miseria.
Esto no es más que una versión glorificada de lo que los españoles usaban para mantener a los boricuas tranquilos en los tiempos que toda latino América se rebelaba contra España. En aquel tiempo lo llamaban las tres B: Botella, Baile y Baraja. Funcionó muy bien en los más de trescientos años de dominio español. Sólo hubo un intento de revuelta significativo.
Modelo Casino GULAG
Hoy en día el analista económico Max Kieser lo llama el modelo del Casino GULAG. En referencia a los campos de concentración rusos que se llamaban GULAG. En este modelo se le da juegos de azar a la población y la misma se quedan tranquilos. Con la esperanza ilusoria de salir de su miseria de un solo cantazo.
Esto casi nunca pasa y los que se hacen ricos de estos son los que llevan el juego. Mientras que el pueblo vive en la miseria. Como la famosa canción de Ruben Blades “Pablo Pueblo”.
Santa Indignación
Como siervo de Dios rechazo el hecho que el gobierno quiera que yo sea jugador cuando no juego y me mantengo alejado del mismo. Denuncio que esto es otra treta para que tú vivas una vida “feliz” en la miseria. Y nunca aspires a ser algo mejor a través del esfuerzo y el trabajo propio.
¿Vamos a crear una generación de jugadores en nuestra niñez? Hermanos, Pueblo de Dios, hay que rechazar esto en todas las formas legales posibles y también en la oración. Es tiempo que las compañías en vez de estar pagando a políticos, paguen sus impuestos para que todos por igual llevemos la carga económica para poder vivir.
Un pueblo jugador es un pueblo atado y esto no puede ser. Es tiempo de orar y humillarse pueblo de Dios. Seamos sobrios.
0 comentarios:
Publicar un comentario