La situación de Fukushima no se ha podido controlar de tal manera que la semana pasada usaban papel de periódico y aserrín para poder tapar las grietas en sus reactores. Mientras tanto se está empezando a reportar más ciudades afectadas por la radiación de Japón.
Los restaurantes en Nueva York han voluntariamente ofrecido a sus clientes revisar el pescado por los niveles de radiación. Igualito que aquí, si pepe, quizás ahora hasta las hamburguesas de los arcos de oro brillarán en la oscuridad.
Jeff McMahon
Forbes
10 de abril 2011
La radiación de Japón se ha detectado en el agua potable en 13 ciudades estadounidenses más. Y el cesio-137 se ha encontrado en la leche de en Montpelier Vermont por primera vez desde que el desastre nuclear de Japón se inició. Según los datos publicados por la EPA de la noche del viernes.
En las muestras de leche de Phoenix y Los Ángeles figuran el yodo-131 en los niveles más o menos igual al nivel máximo de contaminantes permitidos por la EPA. En Phoenix la muestra contenía 3.2 picocuries por litro de yodo-131. La muestra de Los Ángeles figura en los 2.9. El máximo nivel de contaminantes de la EPA es de 3.0, pero esto es un conservador standard diseñado para minimizar la exposición durante toda la vida. Por lo que la EPA no considera que estos niveles representen una amenaza para la salud.
El cesio-137 que se encontró en la leche en Vermont es el cesio que se detectó por primera vez en la leche desde el accidente Fukushima-Daichi nuclear ocurrido el mes pasado. La muestra contenía 1.9 picocuries por litro de cesio-137, que cae bajo el mismo estándar de 3.0.
Los isótopos radiactivos se acumulan en la leche después de que se propagan a través de la atmósfera. Caen a la tierra en la lluvia o por el polvo, y se deposita sobre la vegetación. Donde son ingeridos por el ganado de pastoreo.
El yodo-131 se sabe que se acumulan en la glándula tiroides. Donde puede causar cáncer y otras enfermedades de la tiroides. Cesio-137 se acumula en los tejidos blandos del cuerpo, donde aumenta el riesgo de cáncer, según la EPA.
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