La filosofía fundamental del gobierno de Estados Unidos está cambiando. La política de respaldar regimenes autocráticos en el Medio Oriente ahora se ha cambiado a respaldar estas "revoluciones" árabes de este año. Esto no pinta bien para el pueblo de Israel y tal parece que estamos llegando al punto en que la nación americana abandonará a Israel a su suerte. Abriendo las puertas a un conflicto mayor.
Ewen MacAskill
Guardian de Londres
20 de mayo 2011
Barack Obama ha tratado de reorientar la política norteamericana en el Medio Oriente. Comprometiéndose a cambiar décadas de apoyo a los regímenes autocráticos con el apoyo a los movimientos pro-democracia, y el establecimiento de la forma de un acuerdo de paz entre israelíes y palestinos.
Frente a las críticas de que los EE.UU. han estado varias veces detrás de la curva en respuesta a la primavera árabe, Obama prometió un "nuevo capítulo" en la diplomacia de EE.UU. Puso a Washington en el lado de los levantamientos populares. No sólo en Egipto, Túnez y Libia, sino también en Siria. Y por primera vez en Bahrein, un aliado de Estados Unidos desde hace mucho tiempo.
"El statu quo no es sostenible", dijo Obama, refiriéndose a las autocracias árabes y al estancamiento entre israelíes y palestinos. En la víspera de una visita del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, a la Casa Blanca. Obama mostró su frustración por la falta de cualquier progreso hacia la paz. Mediante el establecimiento de líneas generales. Lo que un futuro estado palestino puede parecer, con base en la frontera que existía antes de la guerra de 1967 entre árabes e israelíes.
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