En la nueva película de Denzel Washington. Su personaje Eli tiene una misión de salvar la última copia de la Biblia en un mundo post apocalíptico. Él se enfrenta, en su viaje al oeste, al jefe de un pueblo que codicia la Biblia por poder innato. Quiere usar ésta para tener poder sobre las masas.
En un mundo lleno de violencia, Eli trata de mantenerse en su misión. Pero reconoce en el fin que en su afán por proteger el libro lo llevó a olvidar los principios que rigen esa palabra. Como bien dijo Jesús:
“37 También el Padre que me envió ha dado testimonio de mí. Nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su aspecto, 38 ni tenéis su palabra morando en vosotros; porque a quien él envió, vosotros no creéis. 39 Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; 40 y no queréis venir a mí para que tengáis vida.” San Juan 5: 37-40
En la película la gente culpó a la religión por la guerra nuclear y por tanto lo emprendieron contra la Palabra de Dios. Mensaje directo de los globalistas para culpar al Dios de lo que ellos quieren hacer. Cuando en realidad en la Palabra hay que encontrar al Dios de ella para que podamos tener vida.
Eli la encontró en el momento de adversidad, aún cuando se sabía la Palabra de memoria. Creo que esto nos debe enseñar a que atesoremos la Palabra. Por que en ella podemos encontrar a Dios. No por que es algo mágico, especial, poderoso; sino por que allí encontraremos al Dios de nuestra salvación.
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