Javier Solano, ex secretario general de la OTAN y presidente del Centro Global Geo-Político y Económico (ESADE), expone su argumento en este artículo para el gobierno global. Las justificaciones son claras: el terrorismo, la crisis financiera, la incertidumbre antes estos y otros peligros indefinidos, y la ineptitud del sistema existente para enfrentarse a ella.
Seamos sobrios
Javier Solano, 5 de agosto, Daily star
Hoy las preocupaciones de la humanidad no son los males concretos tanto como lo son las amenazas indeterminadas. No estamos preocupados por los peligros visibles, sino por peligros que nos podrían atacar cuando menos se espera. Y en contra de lo que estamos suficientemente protegidos.
Hay por supuesto, los peligros específicos e identificables. Pero lo que más nos preocupa es el terrorismo. Por ejemplo, es su naturaleza impredecible. ¿Qué es más preocupante de la economía en estos días? Es su volatilidad, en otras palabras, la incapacidad de nuestras instituciones para protegernos de la posibilidad de que la incertidumbre financiera extrema.
En general, gran parte de nuestra inquietud refleja nuestra exposición a las amenazas que podemos sólo en parte el control. Nuestros antepasados vivieron en ambientes más peligrosos, sino también los que eran menos riesgosos. Tuvieron que soportar un grado de pobreza, que sería intolerable que en los de los países avanzados de la actualidad. Mientras que los que estamos expuestos a riesgos por su naturaleza, aunque puede ser difícil de entender para nosotros, sería literalmente inconcebible para ellos.
Debido a la interdependencia que expone a todos en todo el mundo en una forma sin precedentes que rigen el riesgo global. Es gran desafío de la humanidad. Pensar en el cambio climático, los riesgos de la energía nuclear, y la proliferación de las amenazas terroristas (que son cualitativamente diferentes de los peligros de la guerra convencional), los efectos colaterales de la inestabilidad política, las repercusiones económicas de las crisis financieras, epidemias (cuyo riesgo aumenta con una mayor movilidad y el libre comercio) y entra en pánico súbito, los medios de comunicación de combustible, tales como la crisis de pepino reciente de Europa.
Todos estos fenómenos forman parte del lado oscuro del mundo globalizado: la contaminación, el contagio, la inestabilidad, la interconexión, la turbulencia, la fragilidad compartida, efectos universales, y la sobre exposición.
Este es el contexto de nuestra peculiar vulnerabilidad actual. Lo que antes nos protegían (a distancia, la intervención del gobierno, la previsión, los métodos clásicos de defensa) se han debilitado, y ahora ofrecen poca o ninguna protección.
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